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Te encantan tus zapatillas minimalistas y tus pies están superfelices con ellas, pero alguna vez estas preguntas han podido rondar por tu cabeza:
¿Cómo se limpian las zapatillas barefoot, minimalistas o respetuosas?,
¿tienen algún mantenimiento?,
¿puedo meterlas en la lavadora?,
si se me salta una costura o se despega la suela, ¿se puede reparar?...
No te preocupes.
Tranquilidad. No hay ningún drama.
Todas ellas (y otras más) tienen respuesta.
Y para que estén siempre a mano, las tienes todas aquí (sea de la marca que sea) para que puedas seguir disfrutando de ellas al máximo.
En el caso del calzado para niño, nuestros peques corren, saltan, dan patadas al balón, se deslizan… no están hechos de porcelana, están llenos de vida y necesitan jugar; es una parte fundamental de su desarrollo.
Por eso, es natural que su calzado presente señales de uso, incluso desde las primeras veces que lo llevan puesto. Esto no se considera defecto, sino resultado de la actividad y el disfrute.
La mejor manera para limpiar el calzado textil es primero con un cepillito suave y luego pasarle un trapo húmedo.
Si la suciedad es mayor, puedes aplicar un poco de jabón a ese trapo humedecido.
¿Lavadora Sí o No?
Sí, pero depende.
Es recomendable mientras menos mejor, ya que el agua caliente y los detergente pueden dañar o encoger los tejidos, debilitar las costuras y pierda color.
Es por eso que, si fuese necesario usar la lavadora, hazlo con un programa de lavado siempre en frío. Y luego secar al aire y a la sombra.
La mejor manera para limpiar el calzado de piel es primero con un cepillito suave para quitar cualquier resto de polvo y luego pasarle un trapo húmedo.
Puedes aplicar alcohol al trapo para limpiar incluso mejor.
¿Lavadora Sí o No?
No, el calzado de piel (sea del tipo de piel que sea) no se puede meter en la lavadora.
En el caso de la piel vuelta o de ante, la mejor manera es cepillarlas con un cepillo especial para zapatos, de cerdas rígidas (hazlo siempre en la misma dirección, del empeine a la puntera y de arriba hacia abajo).
Si tras el cepillado quedan limpias... perfecto!
Si queda aún alguna manchita, frota con suavidad (siempre en seco) con un pequeño estropajo en círculos.
Si tras eso siguen quedando manchas, humedece ligeramente la superficie del calzado (no lo pongas debajo del agua). Y ahora frota con suavidad con el pequeño estropajo (esta vez humedecido y, si fuera necesario, con un poco de jabón neutro) hasta que la mancha desaparezca.
Después de cada caso, si quieres, aplícale un producto nutritivo acorde al tipo de acabado de la piel.
¿Lavadora Sí o No?
No, el calzado de piel (sea del tipo de piel que sea) no se puede meter en la lavadora.
Para secar el calzado lo mejor es dejarlo al aire y a la sombra (no lo expongas directamente al sol).
No lo metas en la secadora, ya que las altas temperaturas pueden deformar el calzado e incluso hacer que encojan los tejidos.
El tema de los olores es algo muy personal (unos huelen de manera sutil y otros fuertes, como el queso). Y van ligados a la transpiración: hay pies que transpiran más y otros que menos.
Es por ello que si se usa un calzado con malla con resistencia al agua o impermeable (que trabaja para mantener a raya el agua y humedad exterior), la transpiración (sudor) de tus pies no puede salir con la velocidad suficiente y se puede quedar dentro del zapato/bota. Impregnando los tejidos internos y tus calcetines con este sudor.
No te preocupes, una manera de reducir el olor es sacar las plantillas (si son extraíbles), lavarlas y dejar el resto del calzado que le de el aire durante muchas horas (por ejemplo dejarlos toda una noche fuera).
Otro truco es poner dentro de ellas unas toallitas perfumadas (como las de bebé) para que su olor impregne el tejido interno. Incluso puedes impregnar la toallita con alguna colonia o fragancia que le de olor a fresco.
El borde de la zapatilla que rodea el tobillo tiene un tono diferente, ¿por qué?
En el calzado, sobre todo de piel o microfibra, normalmente en la zona que rodea el tobillo pueden tener un tono ligeramente más oscuro o parecer que ha perdido tonalidad. Es algo leve, pero si lo miras muy de cerca se puede apreciar.
Esto es algo que te hace pensar: "Si las acabo de sacar de la caja...¿habrán sido usadas?"
La respuesta es: "No, no lo han sido". Y la explicación es muy sencilla.
Todo el calzado tiene tratamientos y tintados que le dan ese look tan especial, brillante o impolutamente blanco.
Pero al estar en la caja guardado apoyado hacia uno de sus lados, en esos pequeños puntos que han estado en contacto con el papel/caja, se ha podido transferir un poco. Haciendo que el tono no se vea con el brillo o tonalidad que el resto de la zapatilla.
¡Ahora que lo sabes puedes tener la tranquilidad de que tus zapatillas, son totalmente nuevas!
Huaraches y Sandalias, ¿se pueden mojar?
Sí, se pueden mojar. Pero ¡ojo!
Siempre que sea en agua dulce: como en la ducha, cruzando ríos,...
Pero si se mojan con agua de mar porque te has dado un paseo por la orilla o por piscinas con mucho cloro, tienes que limpiarlas y aclararlas después con agua dulce: en la ducha, con una manguera o en un cubo.
No dejes que se sequen al sol estando mojadas con agua salada o con cloro. Una vez aclaradas con agua dulce, déjalas a la sombra.
De esta manera alargarás la vida de tus huaraches y sandalias.
El calzado de piel negro (u otro color) destiñe un poco ¿motivo y solución?
Los calzados de piel con color tienen un proceso de tintado para darle ese look tan bonito.
Pero este tintado, sobre todo en calzados que no usa ningún tipo de fijador, puede salir un poco en las primeras puestas. Sobre todo en estas circunstancias:
1. Con el calor
2. Y en contacto con la piel. Sobre todo en verano que es cuando más se suda.
Solución.
Aunque tras las primeras puestas el exceso se irá de manera natural, para acelerar el proceso, puedes pasar un trapo húmedo (por ej una toallita de bebé) en las zonas externas o internas en contacto con la piel.
Así ayudarás a retirar antes el exceso de tintura que pueda tener.
A veces el calzado con el uso el calzado sufren pequeños desgastes que hacen envejecer prematuramente su vida útil. A veces se trata de cuestiones estéticas, que no le quita funcionalidad al calzado, pero le hace mostrar una apariencia de viejo o estropeado: roturas, descosidos, suela un poco despegada, etc.
Es por eso que a continuación encontrarás la solución a cada cosa:
El calzado minimalista puede ser reparado/restaurado como cualquier otro calzado.
De hecho es incluso más fácil, ya que no tienen ningún elemento rígido, por lo que es muy fácil trabajar con ellas.
En caso de un descosido. A veces un golpe o sobretensión puede hacer saltar una costura, que hace que se vaya soltando poco a poco. Pero nada que unas manos hábiles en casa o bien con la ayuda de un zapatero local no pueda resolver fácilmente y nada de tiempo.
Con el uso, debido a no tener ningún refuerzo en su construcción, las minimalistas crean mayores ángulos de flexión y torsión, sobretodo si tus pies son extremadamente flexibles y les encanta moverse.
Pero es mejor que esa tensión desaparezca con un poco de separación que limitando el recorrido de tus pies y provocándote un mal mayor.
No te preocupes, esta pequeña separación es totalmente estética y en ese punto (no va a más). Además solo se ve en los breves momentos de flexión. Cuando el calzado está en reposo (cuando estás quieto) no se ve.
Aún así, si deseas puedes volver a unirlo de una manera muy sencilla. Te explico cómo en este vídeo:
Cordones y cordones elásticos para peques
Los cordones de tus zapatos sufren rozamientos entre ellos o con el entorno, y a veces, sobre todo en niños al jugar, algún golpe o roce ha podido romper sus fibras.
No te preocupes.
Puedes sustituirlo por otro cordón que tengas por casa. No tiene porque ser de la misma marca del calzado. Puedes adquirirlo en cualquier mercería o tienda de tu zona.
Si no, puedes adquirirlos aquí:
Si el cordón que buscas es elástico para el zapato de tus peques, puedes sustituirlo por el cordón elástico de una carpeta. Es totalmente compatible. Te lo explico en el siguiente video:
Agujero en la tela interna, ¿por qué ocurre y qué solución tiene?
Las zapatillas minimalistas a pesar de parece que tienen poco tejido, están formadas por la combinación de varias capas que apenas se ven.
Vale pero... ¡ah! ¿estoy viendo un agujerito por dentro de la malla?
Si es así, esa es la primera capa interna de tus zapas.
Seguramente si mueves tus dedos hacia arriba puedes ver que coincide justo con la zona que están tus dedos, o mejor dicho, las uñas. Y sí, aunque lleves calcetines puede pasar.
No te preocupes, tu calzado tiene más capas, por lo que no va a afectar al rendimiento de la misma.
Pero si quieres no tener que preocuparte más por ellos y restaurarlas en un santiamén:
Lo primero: tener las uñas bien cortitas.
Lo segundo: pegar un pequeño parche textil por debajo en ese punto la zona.
*Si no sabes dónde conseguir parches, aquí tienes unos muy económicos y fáciles de poner: parches protectores y reparadores.
De esta manera consigues 2 cosas:
1 - Tapas el agujero (ya no se verá desde fuera).
2 - Proteges el tejido frente a cualquier nuevo rozamiento interno de tus dedos con la malla.
Opcional: Puedes dar unas puntadas simples con hilo (del mismo o de otro color) por ti mismo o con la ayuda de un zapatero para que la unión del parche sea aún mayor.
Desgaste/agujero en otras partes de la malla ¿por qué ocurre y qué solución tiene?
Siguiendo el punto anterior, otras partes del tejido de tus barefoot pueden experimentar pequeños desgastes o roturas por fricción y abrirse gradualmente con el tiempo y el uso.
Ya sabes, no todo dura para siempre, pero siempre hay remedio!
La mayor parte de las veces es resultado de golpes o roces con elementos externos. Algo normal, puesto que al caminar, no vamos mirando el suelo.
En otros casos, resultado de un uso frecuente, falta de mantenimiento, desgaste por lavados, uso de detergentes o exposición a líquidos.
Si ya te ha ocurrido, no te preocupes. ¡Es algo fácil de solucionar! Te explico cómo.
Como con un remiendo de tu camiseta favorita, solo tienes que coger aguja e hilo y cubrir la zona aprovechando el patrón de la malla. Mira las imágenes de más abajo.
Puedes usar el mismo color o incluso coger un color que destaque. ¿Para qué ocultarlo?
Si no deseas hacerlo por ti mismo, solo tendrías que llevarlas a un zapatero cercano.
Éste profesional del calzado lo hará por ti en nada de tiempo, de manera muy económica y con un resultado de máxima calidad.
Además puedes jugar con las formas ↓
Y crear diseños muy chulos y únicos! ↓
... y sigue disfrutando de tus zapatillas como hasta ahora!
Has abierto la caja, has puesto los zapatos en la mesa y ves que uno está girado un poco hacia dentro. ¿Qué ha pasado? ¿vienen mal?
El calzado minimalista al no tener ningún tipo de refuerzo, hace que sean muy flexibles y maleables. Por ello se "hacen" a la forma en la que estén puestas. Como en tus pies.
Pero en este caso se han hecho a la caja, han estado en su caja guardadas desde su fabricación tumbada hacia una de sus lados, por lo que se ha girado ligeramente hacia ese sentido.
No te preocupes, solo tienes que hacer como con un bayeta. Girarla en sentido contrario para "moldearla" y volverla a poner en su posición original.
Las plantillas extraíbles se mueven, ¿qué hago?
Hay pies y zancadas que hacen mover las plantillas extraíbles de su posición al caminar.
Pero no te preocupes, si es tu caso o el de tus peques, se soluciona de una manera muy sencilla. Solo tienes que poner un pedacito de cinta de doble cara debajo de la plantillas.
Así quedaría fijada al zapato, evitando que se mueva. Y si más adelante quisieras cambiarla o sustituirla, puedes retirarlas fácilmente en cualquier momento con la mano y poner otra.
El cuidado de tus minimalistas de piel es igual que cualquier otro calzado de piel natural.
Solo tienes que limpiarlas previamente con un cepillo suave y luego con trapo húmedo. Luego aplica una crema incolora para calzado de piel (o el tipo de tratamiento que prefieras) con un trapo suavemente o bien con el aplicador que tenga el recipiente del tratamiento que elijas.
Calzado de piel de ante o piel vuelta
En este caso, debes aplicar un tratamiento acorde al tipo a este tipo de piel.
Para ello previamente cepíllalas con un cepillo especial para zapatos de cerdas rígidas (hazlo siempre en la misma dirección, del empeine a la puntera y de arriba hacia abajo).
Para impermeabilizar tu calzado solo debes seguir las instrucciones que ponga en el producto impermeabilizante que hayas elegido para tu calzado textil o de piel.
Recuerda: debes elegir un impermeabilizador en cuya descripción indique que es válido para el tejido o piel de tu calzado.
Se me mojan los pies a pesar de ser impermeables
A veces piensas que tienes toda la seguridad en casa cuando no estás:
Pero ha pasado una cosa: te has dejado la ventana de la cocina abierta.
Vaya chasco...
Una cosa tan simple con una ventana abierta ha desmontado toda esa protección.
Entonces... ¿de quién es la culpa?
De nadie, esta vez no ha pasado nada. Pero ya sabes qué tienes que hacer que estar completamente seguro. Ahora sabes qué tienes que revisar antes de salir.
Esto que te cuento es muy común y es lo que suele pasar con el calzado impermeable.
Al ser impermeable te da la sensación instantánea de que el agua no va a entrar nunca. Es como un castillo impenetrable.
Te recuerdo de nuevo lo de la ventana. Si no está cerrada, el agua puede entrar. Incluso en un castillo.
Es por ello que a veces cometemos el error de pensar que si la primera vez ha entrado, quiere decir que las zapatillas o botas no son impermeables.
Pero, ¿y si ha sido por lo de la ventana?
¿Cómo sé si está cerrada?
Fácil, solo debes tener en cuenta lo siguiente antes de salir:
Pero sobre todo, y ésta es la ventana más grande de todas, comprobar el resto de ropa que llevas y cómo la llevas.
De no llevarla correctamente hace que se produzca la capilaridad.
Cuando estás expuesto/a al agua, ésta no solo cae en el calzado, también cae en tu ropa.
Sobre todo, gracias a la gravedad, se acumula en la parte baja del pantalón. Y éste a su vez, por contacto puede mojar el calcetín y/o el forro interno de la bota que asoma en la parte superior de la caña. Haciendo que la humedad vaya bajando poco a poco hasta llegar a los pies.
Esto es la capilaridad de la que te hablaba.
Es por ello que antes de ver si hay algún problema intenta hacer una nueva prueba con el calzado totalmente seco teniendo lo anterior en cuenta:
¡Así evitarás tener la "ventana" abierta y llegar seco a casa!
Diferencia entre Impermeable e Hidrófugo
Ambos términos parecen indicar que el zapato puede resistir el agua, pero no lo hacen de la misma manera.
El término "hidrófugo" se refiere a la capacidad de un material de repeler el agua en cierta medida, evitando que penetre o se absorba. Este material protege contra la humedad y pequeñas cantidades de agua, como salpicaduras. En el caso del material hidrófugo, los poros no están sellados, favoreciendo así la transpiración del pie.
En cambio, un zapato impermeable, resiste la entrada de agua y otros fluidos mucho más.
Las zapatillas que tiene un material o tratamiento hidrófugo no son impermeables, y este revestimiento hidrófugo, hay que ir renovándolo con el tiempo. Hay sprays y tratamientos muy sencillos de aplicar al calzado en el mercado.
Por lo que solo habría que aplicarlo según las indicaciones del producto ¡y seguir disfrutando del calzado de nuevo como si nada!
El calzado de seguridad me roza en alguna parte. Cuál es el motivo y cómo lo soluciono.
El calzado de seguridad se distingue por ser más robusto que el calzado de calle, dado que debe cumplir con estrictos estándares y requisitos (como la calidad de los materiales, resistencia y adecuadas protecciones). Estas características son esenciales para que este calzado haya obtenido la certificación de los niveles de seguridad requeridos.
También influye la morfología y volumen del pie del usuario; ya que al ser un producto realizado en serie, el calzado es igual para todos. Por lo que la sensación de comodidad puede variar significativamente de una persona a otra.
Teniendo en cuenta lo anterior, en caso de cualquier posible incomodidad inicial, especialmente las rozaduras que son más comunes en zapatos nuevos, se recomienda utilizar calcetines de mayor grosor. Con el uso, el calzado se irá ablandando, incluyendo material, uniones y otros elementos, volviéndose más flexible.
Mientras tanto, si fuera necesario, considera el uso de protecciones interna que alivien el contacto directo con la piel y proporcionen una mayor comodidad durante el período de adaptación.