Lo que cambió la vida de Julia

Lo que hizo Julia para cambiar su día a día es simple, aunque para muchos les puede parecer algo complejo.

Me he acordado de ella por mi tía, con la que estuve el pasado domingo en la celebración de la primera comunión de un familiar.

Me contaba que a sus casi 70 años se ha apuntado a la escuela de adultos.

No quiere sacarse ningún título, sólo pasar un rato con las amigas y de paso aprender algo.

Dice que cuando escribe suele tener faltas de ortografías y que se come todas las ‘s’ finales.

Tiene que venir de familia, porque a pesar de los muchos años de escuela me pasa lo mismo. Menos mal que existen los correctores ortográficos.

Después de reírnos de nuestra forma de escribir, me contó que entre sus rutinas semanales está la de andar con las amigas todas las mañanas y eso me recordó a la protagonista de esta semana.

El caso de Julia.

Cuando Julia sale a caminar sus amigas dice que va ‘enbalá’.

Rapidísima.

A sus 60 años recorre todos los días la distancia de Mijas a Fuengirola.

Ida y vuelta.

Antes iba en autobús, y desde que decidió realizar un pequeño cambio lo hace andando.


Cada día espera la llegada de la tarde.

Es su momento de relajación.

Además de caminar con sus amigas hablan de sus cosas. Se cuentan la última ocurrencia de sus nietos, lo de la vacuna para el Covid y lo que ha subido la factura de la luz.

Ella se siente muy bien, ágil y ligera.

Nunca antes se había sentido tan cómoda caminando.

Es como si volviera a su niñez, cuando no le pesaban los pies. Y se pasaba todo el día en la calle, corriendo arriba y abajo.


Dice que ella camina recta.

Con la mirada al frente, como más segura de sí misma.

Que no mira al suelo y que ya no tiene miedo a las caídas.

Que por supuesto, no usa bastón, ni tacataca.

Y todo por un pequeño cambio:

Decidió liberar sus pies.

Le quitó la rigidez, la estrechez y el tacón.

Para que fueran más flexibles, anchos y estables.

Para que se comportasen como pies y no como pezuñas herradas, atrapadas entre clavos y hierro.


Ahora siempre camina con calzado minimalista.

Para ella ha sido todo un descubrimiento.

En el siglo XXI.

Año 2021.

Julia descubre sus pies.

Y le ha cambiado la vida.

Sigue hablando.

Dice que lee todos los artículos de los domingos.

¡Que es verdad que hay muchos problemas de pies!

Me encanta su forma de decir las cosas.

Habla con soltura, con chispa.

Su pasión es contagiosa.

Tanto, que tiene a media familia con zapatillas minimalistas. Ella misma se encarga de comprarlo.

Espera a cada principio de mes.

Dice que en la salud no se puede mirar el céntimo.


Y todo por un pequeño cambio.

Solo uno.

Simple.

Rápido.

Y caminar.

A diario.


El cambio de Julia: Xero Shoes Colorado.

La salud empieza en tus pies.