Sólo me acuerdo de ti cuando me duele

A veces necesitas sentir dolor para actuar.

Sabes que estás haciendo algo mal, pero es el dolor el que te mueve a cambiar.

Hoy te cuento lo que hizo José María para sentir alivio. Le duelen los pies y dice esto:

«El otro día me acordé de tí.

Llevo 3 semanas con dolor intenso en los dedos 4 y 5 de un pie.

Cuando más dolor siento es al bajar las escaleras y cuesta abajo.

Tanto que ando mal, tengo que cambiar la forma de apoyar el pie por el dolor.

Y claro, esta forma de andar me ha provocado dolor en el dedo gordo.

Más que dolor es como si estuviera inflamado. Siento como una canica donde apoyo.

He pedido cita para el médico y me harán una radiografía dentro de un mes.

Total, que estoy harto, hasta la p lla.

Y me he acordado de ti, porque andando descalzo noto que se alivia, me duele menos.

Por eso, quiero que me recomiendes unas zapatillas de las que tu vendes.

Muchas veces me has dicho que es lo más parecido a estar descalzo y como descalzo me duele menos, pues eso.

He pensado probar con plantillas de foam y con zapatillas blanditas Sketcher, pero no me fío.

Los pies son una parte delicada que hay que cuidar y no quiero arriesgarme.

Las zapatillas minimalistas las quiero deportiva, pero no para correr.

Las quiero para diario, para usarlas a todas horas.»

José María es monitor de gimnasio y nos cuenta su problema.

Que encuentre alivio estando descalzo es un clásico.

Lo dicen muchas veces.

Pero hay gente que cuando se le hace ver que las zapatillas minimalista es lo más cercano a estar descalzo no se fían.

Le pasa lo mismo que a José María con las plantillas y las Skechers.

Lo curioso de José María es que conoce las zapas minimalistas desde hace mucho, pero no ha sido hasta sentir dolor cuando se ha acordado de ellas.

El dicho ‘más vale prevenir que curar’ no siempre se cumple.

Hay quien tiene que curar por no haber cambiado de zapatillas a tiempo.

Y eso que lo ven claro, pero ya se sabe.

"Vemos antes la paja en ojo ajeno, que la viga en el propio."

Dejemos los refranes y volvamos a José María.

Cuando se calza sus nuevas zapatillas minimalista dice esto:

«He realizado la prueba para ver si la talla es la correcta y me queda como ponéis en Zami.

He echado el pie hacia adelante y me cabe un dedo por detrás.

Las primeras sensaciones son muy positivas, apenas noto dolor en los dedos.

Claro que no es como ir descalzo, pero las molestias son inapreciables.

El hecho de que la suela sea fina, pero no tanto, es un acierto.

Muchas gracias por el asesoramiento y por la pegatinas. Están muy chulas.

Por cierto, a mi pareja le han encantado.»

Bien.

Varias cosas.

Primero y más importante.

José María siente alivio estando descalzo y con las zapatillas minimalistas que le recomendamos. Son estas:

Merrell Move Glove

También en piel: Move Glove Suede

Además, cómo está visitando a un fisioterapeuta la recuperación va rápida y bien.

Segundo.
Las zapatillas las utiliza a diario, y el simple hecho de caminar con ellas, ya es un entrenamiento para sus pies.

Entrena sin darse cuenta, integrado en su día a día.

Tercero.
A las semanas de usar sus zapatillas minimalistas llama y dice que ya no aguanta sus zapatillas Nike.

Es ponérselas y se las tiene que quitar al segundo.

Por lo que necesita otras zapatillas que no dañe a sus pies.

Entre todas ha elegido las nuevas Lems Chillum por varias razones:

Porque anda mucho y necesita una suela de grosor media (9 mm).

Por su estética primaveral.

Y por que su horma es ancha, no tienen tacón y son muy ligeras.


La salud siempre empieza en tus pies.