Un podólogo dice blanco y otro negro

Hace días Carmen, que tiene un hijo de 8 años con problemas en los pies, preguntó por email si conocía algún niño que hubiera recuperado el arco plantar con el calzado minimalista.

Según su podólogo es posible fortalecer el pie y formar el arco si se usa el calzado adecuado.

Personalmente conozco personas con el pie plano, que tras pasar más tiempo con zapatillas minimalistas puras y descalzos consiguieron incrementar su arco.

También la experiencia contraria.

Personas que, con el arco del pie muy pronunciado, al cabo de un tiempo consiguieron que sus pies se hicieran más flexibles y sus arcos más bajos.

En cualquier caso, la forma del arco del pie no tiene porque asociarse con alguna patología.

Puedes tener unos pies sanos, aunque sean planos o con arcos altos.

Bien.

La historia de María sucedió hace años, en el 2013.

María es una bonita niña a la que le encantaba correr.

De pequeña iba a todos lados corriendo y sus padres recuerdan cómo corría a su alrededor y cómo los incitaba una y otra vez a que la cogieran.

María tenía unos pies grandes y sus padres le compraron las “mejores zapatillas”.

Con sistema de amortiguación, control de movimiento, de la estabilidad.... las típicas zapatillas gruesas de atletismo.

Por las tardes, María acudía entusiasmada a la pista de atletismo para hacer lo que más le gustaba, correr con sus amigas.

Pero, poco a poco, María empezó a correr peor.

Era más patosa, se golpeaba los pies, se hacía heridas en los tobillos y le dolían los talones.

Sus padres preocupados la llevaron a un podólogo, quien le diagnosticó pies planos.

Para corregir sus pies le recetó unas robustas plantillas para las zapatillas.

María intentó correr con ellas, pero no podía, los pies le dolían y perdió la ilusión por correr.

Parte de su alegría cotidiana desapareció, y triste, culpaba a sus pies de lo sucedido.

Se preguntaba por qué ella no podía correr.

En qué momento había perdido la habilidad para hacerlo.

Pero nadie le daba una respuesta.

Sus padres, desesperados, buscaban una solución.

En internet encontraron mucha información sobre diferentes remedios y tipos de plantillas, pero no había nada claro.

Cansados y frustrados probaron con otro podólogo.

Contrario a lo que esperaban, el especialista de los pies no veía bien el uso de las plantillas.

Les recomendó unos ejercicios para los pies y correr con unas zapatillas planas, anchas y sin refuerzos ni tacón.

Una que permitiera el movimiento libre de sus pies y que estos estuvieran lo más cerca posible al suelo: unas zapatillas minimalistas.

Esta solución no gustó del todo a sus padres:

«Si tiene los pies débiles, ¿cómo van a quitarle protección?»

Además, habían leído hasta la saciedad que la solución era un plantilla.

Ante la insistencia de los padres, el podólogo le fabricó una fina y flexible plantilla, que poco tenía que ver con la primera que le recetaron.

Es como si vas al oculista y en lugar de gafas te manda unos ejercicios para la vista.

Seguramente te quejarás.

Tu quieres unas gafas.

Sigo.

Siguiendo las recomendaciones del podólogo visitan la tienda.

Buscan unas zapatillas minimalistas para Maria donde puedan poner la plantilla.

Me cuentan lo que le ha dicho el podólogo.

Y hablamos de pies y zapatillas.

Zapatillas y pies.

Después de una larga charla, los padres parecen más convencidos.

Aparte de los ejercicios recomendados por su podólogo les sugiero uno muy básico, pero muy importante.

Andar y correr descalzo.

Tanto antes como después del entrenamiento.

Como calentamiento y vuelta a la calma.

A las semanas, el padre de María llama al teléfono.

Se le nota contento, aliviado.

Dice que su hija corre mucho mejor.

Y lo más importante:

Ha recuperado la alegría por correr.


Dos podólogos.

Dos tratamientos.

Distintos resultados.


Las sandalias y zapatillas minimalistas que se llevó María ya están descatalogadas.

Unas muy similares son estas:

• Zauri Hanami Kids

• Vivobafefoot Primus Sport II Kids

La salud y la alegría empieza en tus pies y en la de tus hijos.