Tengo tus mismas manos, pero distintos pies

Las manos son siempre manos.

Me explico.

Si comparas tu mano con alguien verás que siempre se cumple lo mismo.

El dedo más pequeño, el meñique.
El más largo, el corazón.

Después le sigue el anular y por último el índice.

Los dedos serán finos, gordos o medios, pero en longitud casi siempre se cumple lo de arriba.

Digo casi, porque no estoy seguro al 100%

Con mi familia y amigos se cumple, pero contigo no lo sé.

Haz la prueba, ¿Tu dedo más largo es el corazón y después le sigue el anular?

Entonces, tu mano es igual a la mía.

¿Y con los pies?

No hay uno igual a otro.

Y me pregunto el porqué.

Tengo una teoría:

«A las manos se las deja crecer libremente. A los pies no.»

Le influyen tanto donde hayan sido encerrados, que su forma es tan diferente como la variedad de zapatos que existen.

Por eso, muchos clientes dicen que tiene los pies griegos, egipcios, romanos.

De las manos no dicen nada.

Podrían decir: «tengo los pies griegos como mis manos».

Pero nada.

Nadie lo ha dicho.


Esto te lo cuento por Pepa.

Compró la Tracker FG, la súper bota de montaña de Vivobarefoot en talla 38.

Y aunque era su talla teniendo en cuenta la longitud del dedo gordo, le chocaban en el resto de dedos.

Por lo que las devolvió y pidió una talla más.

Con igual resultado, también le chocaban.

En total hizo 3 cambios de talla.

Y con todo el dolor de su corazón (según sus palabras, le encantan estas botas), finalmente tuvo que devolverlas.

El problema de Pepa no era de tamaño, sino de la forma de su pie.

Tiene todos los dedos con la misma altura.

Desde el gordo al chico.

Por lo que tuvo que elegir unas botas con la punta en forma cuadrada, las Xero Denver.

En la foto lo puedes ver.

Pepa nos llamó diciendo que con las Xero Denver no le molesta ningún dedo. La forma de la bota se adapta a su pie.

Y esto es lo importante.

Que los zapatos que uses sean como tu pie y no al contrario.

Da igual la forma de tus pies y qué nombre le pongas.

Si te duelen los pies o no estás cómodo, el calzado que estás usando no es para ti.

Y fíjate que ambas botas son minimalistas, y aún así una tiene la horma un poco más cerrada que la otra.

Imagínate un zapato convencional que todos terminan en puntas.

Imposible que te sientas cómodo con ellos.

Y muchos menos que hagan correctamente su función.

Por eso, dale espacio a tus dedos, deja sentir a tu pie y no lo olvides:

La salud empieza en tus pies