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Faltan pocos días para Nochebuena.
Y puede que te encante, o todo lo contrario, que la odies.
Santa Claus o el Grinch.
Rojo o verde.
Sea como fuere, llegará la cena familiar y como siempre se hablará de la situación actual.
Covid en los aperitivos, Pablito para el primer plato, Sanchez para el segundo y para el postre otra de coronavirus.
¿Cómo cenar en nochebuena sin hablar de política ni COVID?
Fácil.
Muy fácil.
Haz como Mateo, un cliente-amigo.
Fue a la boda de un familiar con el calzado más cómodo que encontró.
Con traje, por supuesto.
Pero para los pies, nada de zapatos rígidos, estrechos y con tacón.
Tampoco con chanclas ¡por dios! Eso es demasiado "quinqui".
Pero sí unas sandalias tipo huarache, la ZaUri Hanami.
Me comentó que con un traje quedan de lo más "cool". Moderno decimos por aquí.
Y nadie se fijó en el nuevo tatuaje de su cuello.
Tampoco en el pelao a lo Mohicano, con el rapado y su larga cola.
Ni siquiera en el color de su traje.
Blanco nuclear.
Nada.
Todos le preguntaron por las sandalias.
Como se suele decir: Cuestión de gustos.
O de preferencias.
Mateo se preocupó más de su pie, que de su estética.
Aunque dicho sea de paso, unos mocasines tampoco lo hubieran convertido en un dandy.
Pero no corramos tanto, que a los minimalistas nos gusta embalarnos.
Antes de la cena tendremos la Lotería de Navidad.
Con un señor muy calvo repartiendo premios (recaudando euros) por todos los hogares de España.
Y con mi amigo Jorge comprado lotería de todos los Gatos Negros de España, y yo tratando de convencerle para no que tire el dinero en la suerte y lo invierta en unas botas Lems.
Porque como decía mi abuela, la mejor lotería que te puede tocar es tener salud.
Y la salud, no es cuestión de echarla en suerte.
Sino de cuidarla.
Y qué mejor que empezar por la base, por los pies.
Los tuyos.
Y los de tu familia.
¡Regala salud!
Felices fiestas.
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