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José Juan tiene poco más de 30 años, pero la espalda le duele como si tuviera 70.
Moverse, se mueve, pero no a pie.
Sino sentando en un coche, furgoneta o camión.
Ha dejado de ir al médico.
Cada vez que le habla del dolor de espalda le dice que es porque tiene algún kilo de más.
Y no es del todo cierto.
Simplemente cada año acumula algún kilito, y claro, a más años más kilos.
La cosa va en aumento y visto el panorama...
Pero lo importante es el dolor de espalda.
Sus amigos le dicen que tiene que hacer deporte.
Que vaya al gimnasio, se ponga a correr, la bici....
Pero Jose Juan es más de PCR: pizza, cerveza y relax.
Netflix, HBO y Prime.
Aún así, como es muy amigo de sus amigos, les hará caso, aunque va a empezar por lo fácil.
Andar.
Para ello no necesita ninguna motivación extra.
Tampoco seguir a ningún influencer que azote su conciencia a lo Homer Simpson.
Y andar es sencillo.
Todos sabemos hacerlo ¿o no?
Si fuéramos descalzos o con zapatillas planas la espalda se mantiene neutra, y al andar el pie apoyaría primero sobre el talón, para rápidamente balancear y descargar el peso del cuerpo sobre el antepié.
La transición talón-antepié es rápida y suave.
Pero si usamos calzado con tacón, se modifican las curvas de la espalda, el balanceo del pie es menos fluido y hay más impacto sobre el talón.
Y como se suele alargar la zancada, la rodilla está bloqueada cuando apoya el tacón, por lo que la pierna no amortigua el impacto.
Volviendo a José Juan.
Como no le gusta mucho moverse, buscó la forma de sacarle el máximo rendimiento a sus paseos.
Y buscando, buscando nos encontró.
No quiere correr, solo andar.
Y nos preguntó si las zapatillas minimalistas servían para caminar.
A veces me sorprende esta pregunta.
El calzado barefoot es para todos y para todas las situaciones.
Siempre que no puedas estar descalzo, son la mejor alternativa para tus pies.
Cuanto más las uses, mejor para ellos.
Y al andar con calzado minimalista José Juan mata dos pájaros de un tiro.
Por un lado, el pie trabaja más y todos los músculos que le asisten: gemelos, soleos, tibales...
Y por otro, lo hace correctamente. Sin que el tacón del calzado modifique las curvas de su maltrecha espalda.
Una solución ideal.
Si te pasa como a José Juan no lo dudes.
Camina, corre o salta con calzado minimalista.
La salud de tu espalda empieza en tus pies.
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