Verano Azul, cristales y un invitado de honor

Playa de Nerja. Donde Verano Azul y el “No nos moverán.”

A escasos metros una estatua de Chanquete.

Anhelada juventud, niñez y adolescencia.

Todo fue y se fue con Verano Azul.

Un grupo de chavales se acercan a la orilla.

Todos masculinos, pero ninguno es Pancho, Piraña o Javi.

Traen música, cigarrillos y bebidas. 

Uno de ellos, con una cadena al cuello al estilo Neymar Jr., lleva un vaso ancho de cristal medio lleno.

Parece que los cigarros están aliñados. El olor los delata.

Los dejó ahí, con sus risas y bravuconerías.

Al rato pasan otros chavales en una barca de pedales y er Neymar Jr. nada hacia ellos a lo pirata.

Sube a la barca y empiezan a pelearse.

 
Sale del agua muy cabreado.

Aunque en este caso No ha perdido la final de la Champion.

En la barca se ha encontrado un gallo más fuerte que él.

Será un gallo alemán.

Coge el vaso de cristal y lo rompe sobre la arena.

Son las 17:00 y no perdono el café de la tarde con un rato de lectura. Me voy al chiringuito más cercano.

Al Neymar lo dejo maldiciendo.

Parece que hoy el día va de borracheras.

Una mujer entrada en años, sobre 50, sentada en la arena. Vomitando.

El ruido me revuelve el estomago.

Una amiga o su hija, está al lado inmóvil. Con mala cara y con una botella en la mano, con la que de vez en cuando le echa agua.

La susodicha parece un pollito mojado. Con los pelos teñidos de rubio pegados a la cabeza.

El día va de pollos, gallinas y alcohol.

Al lado una mesa de dos hombres, también de entrada edad, contempla la escena. Hablan entre ellos y también con la que ha bebido más de la cuenta.

Se conocen.

Dejo la escena para concentrarme en el café solo con hielo. Mi bebida preferida del verano.

Tomo pequeños sorbos. Saboreando el amargó del café y fundiéndome en la lectura.

A la vuelta el grupo ha crecido.

Se han unido a un grupo de chicas y comparten coloquio. Una de ellas está mosqueadas con el de la cadena al cuello.

El mismo del vaso, er Neymar Jr.

Miro hacia el lado y veo que se han movido de sitio, pero han dejado en la arena toda la basura.

Y lo que es peor. El vaso de cristal roto.

Una mujer se dirige al grupo y le amonesta:

      - "No os da vergüenza. Sois ya muy mayorcitos.

        Aquella pobre mujer está recogiendo vuestra basura".

Una tarjeta roja en toda regla. Neymar hoy no termina el partido.

Se ha peleado, emborrachado y ensuciado la playa.

Para colmo, deja un vaso de cristal roto sobre la arena.

¡En la playa! El lugar por excelencia donde nadie se extraña de que vayas descalzo.

Donde los pies, sin saberlo, se fortalecen solos.

Siempre que hablo de correr sin zapatillas me hablan de la playa.

Y tú, er Neymar de Nerja vas y la siembras de cristales.

Ahora no tengo argumentos para convencer a otros a correr descalzos, ni en la arena, ni por supuesto en el asfalto, donde los cristales crecen solos.

Por cierto, entre bravucones, cafés y sol, fui a inspeccionar unas rocas cercanas.

Me acompañó mi hermano, mi sobrina y mis dos hijos.

Lo pasamos genial subiendo y bajando rocas, descubriendo pequeñas calas y alguna que otra cueva marina.

Por supuestos, todos, sin excepción, con las Vivobarefoot Ultra.