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Esta semana, mi amigo Fernando me mandó un mensaje que debería hacer reflexionar a cualquier jefe.
¿Sabes qué dijo?
Lo que tantas empresas ignoran hasta que es demasiado tarde…
"Antonio, macho, me he acordado de ti porque he cambiado de curro. Ahora estoy de mantenimiento y tengo que estar las 8 horas con botas de seguridad y… ¡me están matando los pies!
Tengo unas que son súper anchas, pero aún así tengo el dedo gordo machacado. No sé cómo aguantan otros."
Además, algo raro me pasa. Desde que uso las guaraches en verano, creo que el pie me ha crecido, que se me está ensanchando.
Mira, zapatos que usaba hace dos años para salir, ya no me los puedo ni poner.
Y ayer fue terrible, me hice 10 horas de curro y hoy estoy que parece que un elefante me ha pisado los pies.
¿Tú sabes si hay botas de seguridad minimalistas? Me da igual el precio, pero necesito algo que no me destroce.
Por cierto, ¡Felices Fiestas y todas esas cosas que se dicen en esta época, muchacho!"
A ver, el que conozca a Fernando sabe que no es ningún quejica. Es de esos tíos que tiran para adelante con todo y no veas lo que aprieta con la bicicleta.
Pero claro, cuando el dolor de pies no te lo quita ni un ibuprofeno, empiezas a plantearte si la culpa es del nuevo trabajo… o de las botas que llevas.
Y ésto, que parece algo lógico y sin importancia, es lo que las empresas no ven.
De hecho no conozco a ninguna que lo tenga en cuenta.
Y eso que hay mucho en juego.
Bien.
Quizás no seas Fernando, pero a lo mejor eres el jefe de muchos "Fernandos".
Y ya sabes que un trabajador que no puede con sus pies, es un trabajador que no rinde. Y peor aún, es alguien que empieza a pensar en cualquier excusa para no volver al tajo.
Y no estoy hablando sólo de dolor, estoy hablando de cómo algo tan aparentemente insignificante como unas botas puede afectar directamente a tu negocio:
Lo curioso de todo este asunto es que muchas veces, las empresas se gastan miles de euros en herramientas, máquinas o tecnología… pero escatiman en lo más básico: el calzado de sus trabajadores.
Y aquí es donde las Birkenstock de Seguridad marcan la diferencia.
Además de más espacio para tus dedos, no van a desvíar a tus dedos gordos.
Gracias a su gran flexibilidad podrás pasarte 8, 10 o incluso 12 horas sin acordarte de que las llevas puestas.
Y cumplen con todos los requisitos de seguridad, incluyendo puntera de acero en algunos de sus modelos.
Resumiendo.
Este tipo de calzado cumple con la normativa, protege al trabajador y no daña a sus pies.
Yavestruz.
Qué cosas.
Efectiviwonder.
La salud empieza en tus pies.
Antonio Caballo.
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