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Te iba a hablar de la reina Letizia, de sus problemas de pies y su reciente paso al minimalismo “forzado” con sus Vivobarefoot. Ya sabes, lo del neuroma de “Mordor” y cómo haberlo evitado o mejorado, algo de lo que he hablado en decenas de artículos.
Pero en su lugar te hablaré de algo más importante para ti.
Un problema muy común.
Hay mucha gente que gasta los zapatos por la parte interna del talón. Andan con los tobillos inclinados y, a veces, esto es tan pronunciado que las rodillas se tocan.
¿Pero dónde está el problema? ¿En las rodillas? ¿O en los pies que, al inclinarse, arrastran las rodillas?
Te cuento lo que le pasó a María.
Ella tiene 45 años y a los 12 la operaron de las rodillas porque tropezaban una con la otra. Desde entonces, ha pasado años usando plantillas porque, según ella: "Tiene un arco tan pronunciado que apenas toca el centro del pie." Y para colmo, le detectaron tres hernias discales, hiperlordosis y escoliosis.
Las últimas plantillas las tuvo durante un año y medio, hasta que le causaron una pubalgia.
Durante el confinamiento decidió ir descalza, notando un alivio que la hizo replantearse todo lo que creía. En sus propias palabras:
"Cuando ando descalza por casa o con calcetines no tengo molestias, la verdad. De hecho, lo necesito. Estiro los dedos y el pie."
El problema surge cuando se pone zapatillas, ya que todas las deforma hacia adentro, especialmente el pie derecho, donde el talón cede hacia el interior.
¿Te Suena?
Casos como el de María hay por todos lados. Solo tienes que mirar al que camina delante tuya, seguro que ves a alguien con los zapatos deformados, metiendo los tobillos.
Esto es debilidad. Y llevado al extremo, puede hacer que las rodillas se toquen, como le pasaba a María
Cuando las zapatillas se deforman hacia adentro, es porque el pie se inclina por falta de fuerza en el pie y el tobillo.
Ten en cuenta, que cuanto más gruesa sea la suela, más fácil es que tu tobillo gire porque hay más altura. Sin embargo, con una suela más delgada, el tobillo tiene menos margen de giro hacia el interior.
Si te pasa esto, no solo necesitas cambiar de calzado, sino también reactivar y fortalecer tus pies con ejercicios y movimientos.
Pero claro...
Si vas a meter tus pies en una caja donde no se puedan mover, ni sentir, ni respirar… como si estuvieran muertos, olvídate también de que se pongan fuertes.
Y con caja me refiero a esos zapatos rígidos, estrechos y con elevación trasera, el típico tacón que ni sabes que llevan. Como está tan corriente, ni te das cuenta.
Pero no es normal. Nadie nace con un tacón en el talón. Tú tampoco.
Como tampoco naciste con los dedos juntos como si fueran un manojo de espárragos.
Por supuesto las zapatillas deportivas no se escapan, ni las "Strechers" tampoco.
Con esto te lo digo tó y no te digo ná. Y te dejo con la recomendación a María, y si es tu caso, para ti también.
Unas zapatillas con poco grosor de suela (de 5 mm) para que tengas una mayor contacto con el suelo, menos giro de los tobillos y mejor equilibrio.
Flexibles y ligeras, para que se adapten al movimiento natural de tus pies y permita que se fortalezcan.
Anchas en la parte delantera, para que tus dedos se expandan y la presión se reparta correctamente por todo el pie, no en una zona concreta.
Y por supuesto, de Vivobarefoot, como las de la reina Letizia. Pero más transpirables, para ahora que aprieta el calor.
Así que, si tus pies giran más que la ruleta de la fortuna, te están pidiendo un cambio, y ese cambio son las Primus Lite Knit (disponibles para mujer, hombre y niños)
La salud, y la estabilidad de tu cuerpo, empieza en tus pies.
Antonio Caballo
PD1: ¿Sabes otra cosa que produce el tacón y la estrechez? Pregúntale a nuestra Reina. Te hablará de la metatarsalgia, el neuroma de Morton y esos juanetes galopantes, impropios de la realeza.
PD2: Los artículos que te dije al principio de cómo evitar o mejorar el neuroma de Mordor aquí.
PD3: Las zapatillas de la reina aquí.
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