Cuando la Elegancia en persona llegó a la tienda con unas Skecher

La otra tarde, justo cuando el cielo decidió cerrarse y soltar una lluvia de esas que parecen no tener fin, recibimos una visita de esas que no se olvidan.

Una señora, con aire de nobleza y un toque de desdén en su mirada, entró en la tienda sacudiendo su paraguas como quien sacude aburrimiento.

Llevaba un bolso de Louis Vuitton y un sombrero de ala ancha, de esos que ya no se ven, adornado con una pluma de faisán.

Si hubiese venido con un abrigo de piel (imagina uno de dálmatas), juraría que Cruella de Vil en persona había decidido hacernos una visita.

Todo hacía pensar que estaba frente a una grande de España, todo, menos sus zapatos.

Traía puestas unas Skechers, sí, esas que por aquí llamamos “Estrechers”, completamente negras, hasta el punto de que el logo se camuflaba con el resto del zapato. Era evidente el intento de disimular un calzado que no pegaba ni con cola con su vestimenta de alta gama.

Y ahí estaba la clave: se había visto forzada a sacrificar estilo por un intento de comodidad, un dato clave de lo mucho que le dolían los pies.

Pero lo más interesante vino después.

Resulta, que a sus más de 60 años, estaba en pleno proceso de recuperación para darle un nuevo aire a sus pies, siguiendo los sabios consejos de su fisioterapeuta Jesús Serrano, y había venido a ZaMi buscando unos zapatos que le permitieran seguir con sus ejercicios y, que no desentonaran con su estilo.

Y ahí estaba yo, preguntándome qué podía ofrecerle a alguien que, hasta ese momento, parecía tenerlo todo... todo, excepto comodidad.

Después de un rato probándose diferentes modelos, todos en negro (porque, claro, la elegancia tiene sus códigos), dimos con una que iluminó su cara.

Y amigas, fue como si el cielo escarpado se abriera de nuevo, pero esta vez para dejar pasar un rayo de esperanza.

Por primera vez, su mirada cambió y dejó escapar una leve sonrisa.

Quizás no era de esas sonrisas de anuncio de dentífrico, pero te aseguro que por dentro, estaba radiante.

¿Qué fue lo que la convenció?

Tal vez esos cordones elásticos que hacen que te las pongas como un calcetín y sin esfuerzo.

O la suavidad inigualable de su piel.

O quizás el hecho de que, a pesar de su comodidad, estas zapatillas no pierden ni un ápice de elegancia.

Y así, con ellas puestas, se fue como llegó bajo la lluvia, con una nueva confianza en cada paso.

Y aunque insistí en que su marido la recogiera en la puerta, me recordó con orgullo su herencia gallega: "un poco de agua no va a detenerme".

Lo que sí la detuvo fue el dolor en sus pies, hasta que encontró en ZaMi las Feroz Jerica Piel.

El equilibrio perfecto entre diseño, estilo y bienestar.

Así que, si alguna vez piensas que elegancia y comodidad no pueden ir de la mano, recuerda la tarde lluviosa en que una noble dama demostró que, con el calzado adecuado, se puede tener lo mejor de ambos mundos.

Efectiviwonder.

La salud empieza en tus pies.

Antonio Caballo

Pd. Un último "No digas que no te lo dije":

Si andas buscando la compañera perfecta para esta primavera, no puedes pasar por alto las Feroz Paterna Tejano.

¿Tienes unos vaqueros que te encantan? Perfecto.

¿Una falda con la que te sientes imparable? Aún mejor.

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