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Sabes que estás haciendo bien las cosas cuando una pareja de 60 años se da un viaje de una hora para venir a tu tienda,
o cuando te escriben por instagram y te dicen que gracias a las zapatillas que vendes puede caminar sin dolor y con una sonrisa en la cara,
o cuando dejan un comentario en google felicitándote por el trato recibido.
Detalles que marcan un momento, una etapa, una vida.
La cosa es que si no puedes andar por culpa de los pies, no podrás disfrutar de ese paseo reconfortante por el monte.
Ni de ese paseo veraniego por la orilla del mar.
Ni por supuesto, jugar con tus hijos o nietos como si fueras un quinceañero.
No podrás.
Te lo imaginas, pero no puedes.
Y esa es tu realidad.
Por eso cuando llegas a la tienda buscando solución y te pones una de las zapatillas se te ilumina la cara.
Sientes esa sensación inigualable de libertad, de comodidad, de poder salir corriendo, y te preguntas:
"¿Qué he estado haciendo hasta ahora?"
"¿Por qué he tardado tantos años en ver algo tan… básico?"
Y si todavía tienes dudas de lo que digo, no me creas, haz la prueba.
Ponte descalzo.
Camina por la casa.
Solo entonces sabrás de qué son capaces tus pies y además, como mejora tu postura y agilidad.
Y si esa sensación es la que quieres conseguir, bienvenido, estás en el lugar correcto.
Ahora solo tienes que elegir el calzado con el que vas a empezar esta nueva vida.
Porque desde ese momento nada volverá a ser lo mismo:
La salud empieza en tus pies.
Antonio Caballo.
Pd. Si en casa no puedes andar descalza, tendrás que visitar a un profesional que te ayude a recuperar la salud de tus pies.
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