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Cada uno puede hacer con su dinero lo que quiera, pero hay cosas que no las entiendo y que claman al cielo.
El asunto es que una persona que conozco de siempre, un amiguete, buena gente, a la que aprecio aunque sea sevillista antibético (con el tiempo ha sabido controlar su sentimiento irracional hacia unos colores), lleva con zapatillas minimalistas varios años, pero sigue con sus problemas de rodilla.
Cuando vino por primera vez, se quejaba de la zona interna de la rodilla.
Una zona de la que se quejan muchos corredores y de la que hay muchos, pero que muchos, operados. Le quitan parte del menisco y a rezar todo lo que sepas para poder seguir corriendo.
La cosa es que hace días me lo encontré en la Feria del pueblo, en una barra, comprando un bono para 10 cubatas, para que le salieran más baratos.
Cuando le miré los pies, llevaba unas sandalias Zauri con los dedos al aire, tan pegaditos unos a otros, que parecían sardinas enlatadas.
No pude callarme y volví a soltarle la retahíla de aquella primera vez que vino a la tienda.
Ese día le dije que No se comprará unas zapatillas minimalistas para correr, que mejor que:
Y como no quería gastarse mucho dinero, que mejor lo invirtiera en un calzado para diario y en un corrector de dedos, y que lo usara tanto como pudiera hasta que sus dedos recuperasen su linealidad y amplitud.
Mi recomendación no tuvo fruto.
A veces tengo menos poder de convicción que un cura en la puerta de una discoteca, mi amigo dijo que el corrector era caro y que quería unas zapatillas para correr.
Y aquí estamos, años después en la barra de un bar con el mismo asunto.
Mi amigo con sus cubatas y los dedos sardinitas, y yo con el discurso de siempre.
Total, que los cambios requieren esfuerzo y cada uno se gasta el dinero donde quiera.
Una elección es comprar bonos de cubatas y seguir como siempre.
La otra, que se hubiera pillado uno de estos y empezará a arreglar la casa por abajo:
La salud empieza en los dedos de tus pies.
Antonio Caballo.
Pd. En la foto puedes ver dos pies. Uno con la forma que nunca deberías haber pedido, el otro casi idéntico al de mi amigo. Cortesía de @ionsync.
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