¿Por qué mis minimalistas se han desgastado más en unas zonas que en otras?

Si alguna vez me preguntas por el desgaste de la suela de tus zapatos, puede que te sorprenda mi respuesta.

Como sabes, el calzado minimalista le da más espacio a tus dedos, no modificar las curvas de tu columna, pesa poco, es flexible y ayuda a dos cosas fundamentales que no se le da importancia.

Lo primero: a sentir MÁS el terreno.

A cada paso, el pie busca sentir el suelo para obtener la estabilidad que te mantiene erguido.

Si tu base no es estable, corres el riesgo de caerte.

Pero si llevas calzado convencional, tienes que pisar con mayor fuerza para vencer todas esas capas que te alejan del suelo, y así poder recibir dichas señales.

Al quitar cualquier tipo de amortiguación (drop, entresuelas, horma estrecha, ...), el pie comienza poco a poco a re-aprender y utilizar todos sus músculos, ligamentos y articulaciones (junto con el resto de la pierna y caderas) para aterrizar de una manera más suave.

Es decir, con el calzado minimalista NO es necesario hacer tanta fuerza contra el suelo al caminar, correr o saltar.

El pie ya puede sentir.

Pero este cambio no es inmediato, lleva consigo un tiempo de transición pausado. De ir poco a poco.

No se consigue de un día para otro, puede llevar meses en algunos casos.

Es como si para coger un vaso de agua hubieses llevado guantes de boxeo todos los días. Para sentir que lo tienes bien agarrado harías MÁS fuerza de la necesaria.

Ahora imagina que de repente te los quitas y, con la mano desnuda (o un guante muy fino), haces la misma fuerza para coger el vaso.

Lo más seguro es que lo rompas (el vaso y los guantes) porque ya NO hay ninguna barrera que superar.

Es ahí donde la propia mano debería comenzar poco a poco a hacer menos fuerza, menos tensión.

Pero lamentablemente aún tienes ese “gesto” fuerte y tenso aprendido que te sale de manera automática como resultado de haber llevado “guantes” tantos años.

Esto mismo es lo que pasa con los pies.

Aunque hayas cambiado a un calzado minimalista, los pies no están aún adaptados, por lo que sigues aterrizando en las mismas zonas e igual de fuerte que cuando llevabas zapatillas convencionales.

Las zonas más comunes y donde mayor fuerza se suele aplicar con las convencionales es en el talón y entre el segundo y tercer dedo.

Lo segundo: a saber MÁS sobre nuestros pies.

Las zapatillas minimalistas apenas influyen en tus pies, por lo tanto, si tus zapatillas se gastan más en unas zonas que en otras, esto te ayuda a ver el estado de los pies y detectar posibles carencias: Qué zonas hacen o sufren más presión, la movilidad de tus pies, el reparto de presiones…

Si llevas poco tiempo con calzado minimalista y tu pie no funciona del todo bien, hará que la suela de tus zapatos se gaste de forma irregular.

(En el desgaste también influye el terreno por el que te muevas, más abrasivo o menos.)

Lo ideal es que el desgaste sea uniforme a lo largo de la suela y del recorrido del pie. De lo contrario quiere decir que todavía estás en proceso de readaptación.

Bien.

Más o menos hasta aquí sería mi respuesta.

Una cosa más.

Si tus pies no funcionan bien, para que mejoren más rápido, tendrás que hacer algo más que cambiar a un calzado minimalista.

Aunque esto ya es una mejora en sí, cuanto más tiempo y atención le dediques antes obtendrás resultados.

El ejercicio que más me gusta para esto es andar.

Sí, pero Descalzo.

Y no solo en casa donde el suelo es liso y uniforme. Sino en un terreno irregular donde el pie tenga que adaptarse a cada paso. Esto es mucho más interesante para tus pies (y tu cerebro).

Notando como el pie posa con el talón, pero rápidamente la presión pasa por la parte exterior del pie para llegar a la zona delantera y que la pisada termine saliendo por el dedo gordo.

Y cuando necesites algo para protegerlos lo más cercano a esta experiencia son unas sandalias minimalistas, pero si quieres esa sensación en una zapatilla, unas Merrell Vapor Glove.

Para caminar, para entrenar, para disfrutar de una libertad como nunca antes.

Para mujer (aquí) y para hombre (aquí)

La salud empieza en tus pies.

Antonio Caballo.

Pd. Sobre el reparto de presiones te lo contaba aquí. 

Más ejercicios en este vídeo, hasta el min 2’50”