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La semana pasada llegó a la tienda un hombre que había comprado unas zapatillas hace 11 años.
Las uso durante un tiempo y le fue bien, pero nunca más volvió a comprar, ni a usar zapatillas minimalistas.
Es extraño, pero así fue.
¿Por qué?
Al final él mismo lo cuenta.
Manuel llegó un jueves por la mañana desde Ubrique. De donde Jesulín. Supera los 70.
Esa mañana la tienda estaba llena y mientras dejo a Ángel con varios clientes, atiendo a Manuel en otra sala, dentro del almacén.
Nada más llegar se sienta y miro sus zapatos.
Son deportivos, con una suela gorda, inclinados hacia adelante y acabados en punta.
Los dedos amontonados incluso se le marcaban empujando el tejido superior. Están apretujados, sin espacio y sin poder respirar.
Me dice, con una expresión de dolor en su cara, que le duelen mucho los pies.
"No me extraña, ¡con esos zapatos!" - le comento.
“No es por los zapatos, es que me duelen los pies. Estos zapatos son buenos, mira, son unos Geox” - responde.
Le explico porque la forma de sus zapatos pueden ser la causa de su dolor, pero después de intercambiar algunas palabras veo que el hombre no se deja aconsejar.
Viendo que la cosa no va ningún lado le digo:
“Lo mejor que puedes hacer es probar descalzo en casa y si le va bien, entonces se compra los zapatos.”
El hombre me mira con caras de pocos amigos y dice:
“En casa estoy siempre descalzo, lo primero que hago cuando llego es quitarme los zapatos. Y ya os compré unas zapatillas hace tiempo, esas que tienen una V (se refiere a las Vivobarefoot).”
“Pues tú mismo te has contestado” - le respondo.
“Cuando le das espacio a tus pies se te quitan los dolores. En esos zapatos, por muy caros que sean, tus pies no lo tienen.”
Y me vuelvo hacia las estanterías para coger dos modelos que le pueden ir bien.
Le gustan los dos. Se los prueba, pregunta el precio y se decide.
Cuando está pagando le pregunto por qué ha tardado tanto en volver.
Cuenta que el empezó a llevar minimalistas, pero como nadie de su entorno lo llevaba dejó de usarlas.
Ahora como más gente la utiliza viene de nuevo.
Y esta es la realidad y el motivo por el que Manuel dejó de utilizar el calzado barefoot.
La cosa funciona más o menos así:
Vale más la opinión de alguien externo, que la de tu propio cuerpo.
Manuel podría haber sido el primero en inspirar a sus amigos, en aconsejarles un calzado que no estropeará sus pies, que le diera espacio y aire a sus dedos.
A él le fue bien con sus Vivobarefoot.
Pero decidió hacer como el resto, dejar de escuchar a sus pies y volver a los zapatos estruja-dedos.
Aunque la decisión siempre es tuya, la influencia de los demás tiene mucho peso en tu decisión.
Y eso que a Manuel sus pies le pedían a gritos un cambio.
Ellos, sin duda, hubieran preferido para todo el día las Feroz Paterna Tejano.
La versión de primavera de las Paterna para que tus pies respiren y se estiren.
¿Sigues a los demás o escuchas a tu cuerpo?
La salud empieza en tus pies.
Antonio Caballo.
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