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Estos días de semana santa han pasado mucha gente por la tienda.
Y cuentan cosas que me dicen que queda mucho camino por recorrer.
Con el paso del tiempo he perdido perspectiva. Creo que todo el mundo sabe que la mayoría de los problemas de los pies los causa el calzado.
Pero cuando personas como Sebastián llegan y me dicen que tiene un problema porque sus pies son anchos, me doy cuenta que el mensaje que intento transmitir no llega.
Y que la realidad es aún peor, porque hay gente sufriendo sin saber que su dolor tiene solución, a veces tan rápida como cambiar de calzado.
Te cuento lo de Sebastián.
Llega a la tienda con su mujer y sus hijas.
Sin embargo, él no habla, sino su mujer.
Él se quedó en un rincón, apartado, un poco tristón, como si le pasara algo o tuviera un dolor.
Parecía que estaba allí por obligación, y su cara era esa que dice: "a ver si pasa esto y me voy ya a mi casa."
Después de un rato donde sólo habla ella, se medio implica y elige uno de los zapatos.
Cuando me acerco para que se los pruebe, me suelta como si estuviera confesándose:
"Me duelen los pies. Mucho. No lo puedo aguantar y tengo problemas de circulación por que tengo los pies anchos. Es como si mis pies fueran globos llenos de agua." -dice poniendo cara de dolor.
Lleva unas Nike amortiguadas blancas, con la tela más tirante que la cara de la Obregon.
Dentro de las Nike sus pies parecían dos butifarras.
"¿Has visto cómo están tus pies?" -le digo.
"Ahí dentro están tan estrujados que no tienen ningún tipo de movimiento: ni de los músculos, ni de los dedos…
El calzado que llevas puesto no deja que la sangre fluya, es como si estuvieras pisando una manguera."
Cuando se prueba el zapato dice:
"Otras, es como si estuviera descalzo", y su cara pasa del sufrimiento al alivio.
Al darle espacio, sus dedos podían moverse libremente (activando sus músculos), haciendo que la circulación volviese a fluir y no acumularse en sus pies y tobillos como "globos llenos de agua".
Algo que le limitaba hacer vida normal con su mujer e hijas. Incluso dar un pequeño paseo le parecía un esfuerzo sobrehumano.
Hasta aquí lo de Sebastián.
Un mensaje final.
Si tienes los pies anchos, ¿dónde está el problema?
¿En tus pies o en el calzado que te compras?
Y.
¿Por qué en las manos no hay estos problemas?
Si los guantes te están estrechos, te pones otros más grandes, no lo dudas ¿verdad?
Haz lo mismo con tus pies.
Tu salud empieza en ellos.
Antonio Caballo.
Pd. Los zapatos que eligió Sebastián:
Zapatos para pies normales:
Como tus pies.
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