No hay productos
Estos precios se entienden IVA incluído
El pie humano es una estructura tridimensional variable formada por huesos, músculos y otros tejidos conectivos. Está constituido por 28 huesos, 33 complejas articulaciones, más de 40 son los músculos del pie, tendones y alrededor de cien ligamentos.
Una cuarta parte de los huesos del cuerpo humano se encuentra en los pies. Su estructura ósea es peculiar porque se asemeja a un puzle que puede ser dividido en diferentes secciones y de hecho existen varias formas de clasificar sus huesos. Tradicionalmente tarso, metatarso y dedos serían las tres regiones, pero la didáctica actual prefiere emplear la idea de antepié o pie delantero, mediopié o pie medio y retropié o pie trasero.
Para mover, soportar y mantener la posición de los huesos existe una red de músculos, tendones y ligamentos. La mayoría de los músculos se encuentran fuera del pie y tienen varias funciones importantes: Mueven los pies, levantan los dedos, estabilizan los dedos en el suelo, controlan los movimientos del tobillo y soportan el arco. Los pies se utilizan para la locomoción y desempeñan diferentes funciones.
Cuando nos desplazamos, son nuestro único punto de contacto con el suelo, por lo que es la primera parte de nuestro cuerpo que siente las fuerzas generadas en el movimiento y actúa como base del servomecanismo del equilibrio del cuerpo debido a la propioceptividad originada en la planta del pie.
Cuando caminamos o corremos, el pie pasa por dos fases: la fase de contacto (cuando está en el suelo) y la fase de balanceo (cuando está en el aire). Si el pie aterriza en el suelo de forma incorrecta, la fase de contacto se convierte en una etapa crítica y entonces soporta tensiones que pueden causar dolor y lesiones.
Desde un punto funcional, se distinguen en el pie dos tipos de articulaciones: la de movimiento, constituida por el tobillo y las articulaciones de los dedos (en rojo en la figura) y la de amortiguación, formada, sobre todo, por las articulaciones del pie medio. Teniendo en cuenta la complejidad del pie y la importancia del mismo en el equilibrio y locomoción veamos cómo influye el calzado actual.
El calzado tradicional impide que el pie realice correctamente las funciones para la que fue moldeado por la evolución, ya que el diseño de dicho calzado es totalmente diferente al pie humano.
En la siguiente infografía podemos ver la influencia del tacón en la postura, columna, dedos pie, tendón de Aquiles y juanetes.
Referencia: "Wowen's Shoes and Knee or Osteoasthritis" D. Casey Kerrigan, Jennifer L. Leias, Mark E. Karvosky. The Lancet 2001: 357: 1097 - 1098.
Si el calzado minimalista está dentro de la categoría de minimalista puro, el calzado prácticamente no influye en la anatomía del pie y deja que éste desarrolle las funciones para la que fue diseñado por el mejor sistema de control de la calidad que existe: la evolución.
Por tanto, si queremos un correcto desarrollo estructural y funcional del pie debemos dejar que éste se desarrolle libremente, sin ataduras. Está claro, que para esto lo mejor es estar descalzo y cuando no se pueda un calzado minimalista puro. Tenga en cuenta a la hora de elegir el calzado, el terreno por donde lo vamos a utilizar. Un calzado para uso casual - diario posee mucha menos protección que un calzado para correr por montañas abruptas. Más información sobre cómo elegir el calzado minimalista en el siguiente enlace.
Para el caso de pies atrofiados o con pérdidas de sus funciones, existen muchos casos donde el uso continuado de calzado minimalista favocere la recuperación de la funcionalidad del pie, la mejora de los músculos del pie, mejorando la flexibilidad, dorsiflexión y la propiocepción.
La siguiente infografía de @BlogdelRunner muestra algunas de las ventajas de correr minimalista.
Categorías de Artículos