Las prisas matan y el móvil remata

Una chica aparece una tarde.

Busca algo para andar por la montaña.

Y quiere tener las mismas sensaciones que cuando utiliza sus Vivobarefoot por la ciudad. Unas zapatillas minimalistas al 100% con muy poca suela.

Ángel le saca unas zapatillas similares con más grosor de suela que las que usa.

Cuando se las prueba dice que no. Que necesita menos suela.

"Tengo miedo de ir hacia atrás." -dice. "Si pongo más suela, mi pie no mejorará. Tengo el pie cavo y no quiero que me duela."

Lo que dice Ana es cierto, cuánto más gruesa sea la suela menos sentirá el suelo y eso tiene consecuencias para sus huesos y su circulación.

Pero.

Hay una cosa que tienes que tener en cuenta: la comodidad.

"¿Cómo terminan tus pies cuando haces senderismo?" -pregunta Ángel.

"La planta la siento como quemada" -responde Ana.

Pues eso te dice que necesitas más protección.

Mira, minimalismo no significa sufrimiento. Ni más sufrimiento tampoco significa más avance.

A veces, por querer ir muy rápido, vamos más lento.

"El cuerpo se adapta al estrés, pero demasiado estrés lo debilita" -concluye Ángel.

Y esta realidad no siempre se ve.

Ana terminaba con malas sensaciones porque sus pies no estaban adaptados.

Necesita tiempo, sobre todo si lleva 40 años de zapatos 'apretaos', estrechos y con tacón.

Ahora se ha dado cuenta que tiene que ocuparse de sus pies. Darle todo aquello que antes no ha tenido:

Espacio para sus dedos

Libertad y ligereza.

Sensaciones a cada paso.

Y una superficie plana donde apoyar al completo su pie.

Pero tiene miedo y su miedo es simplemente prisas.

Prisas, por recuperar aquello que perdió y que tanto necesita para seguir jóven.

Pero si hay una cosa de la que tenemos que huir es precisamente de eso.

Como le oí decir a un saharaui en un viaje por el Atlas Marroqui:

‘Las prisas matan y el móvil remata.’


Para ir sin prisas, sintiendo cada paso como único que es tienes dos opciones:

• Para ciudad: Vb Primus Lite III

• Para caminos y montaña: Vb Primus Trail II FG

La salud empieza en tus pies.

Antonio Caballo.