Zapatos apretaos para el verano

Lo de los zapatos de hombre para el verano es para una tesis doctoral.

Hombre que veo, hombre al que le miro los pies y se dan dos casos:

O usan un calzado cerrado, con lo que eso conlleva si caminas con 30 grados,

o son abiertos, pero feos, feos.

Los cerrados son los zapatos de siempre.

La variedad es inmensa, porque quien los lleva no distingue los 40 grados del verano con los pocos grados del invierno.

Lo que más veo son zapatillas deportivas.

También babuchas de tela y esparto, hasta mocasines de piel he visto.

Y todos, todos, estrechos y con suelas más o menos gruesas.

Imagino cómo se sentirán esos dedos apretaos dentro del zapato. Como sardinitas enlatadas.

Con la que está cayendo este verano en toda España.

Cuando se quiten las zapatillas será como abrir una botella de Coca-Cola previamente agitada: Los dedos burbujearán de alegría.

La otra opción, la abierta, pasa por las típicas chanclas donde el talón está al aire y los dedos no saben si abrirse en abanico o agarrar las chanclas para que no se escape.

Esto les ocurre a cada paso, y no se te ocurra acelerar el paso, porque te será imposible sin que sientas como tus dedos se clavan en las chanclas.

Esta opción no es fea tal cual, pero tiene consecuencias para tus dedos.

Otra opción abierta es la sandalia para hombre (ajusta en el talón a diferencia de la chancla) y es donde lo de ‘feo, que eres muy feo’ cobra sentido. (Esto me lo dijo una mujer el verano pasado).

Y esto es así, porque es difícil ver una versión ponible.

Todos tienen una estética viejuna y desfasada.

Con talón.

Gruesas.

Rígidas.

Y para colmo, muchas aprietan los dedos.

Haz la prueba. Verás muchos ejemplos.

Y te cuento todo esto porque en verano mucha gente usa mis sandalias minimalistas por lo bien que quedan.

No tienen ni idea de los beneficios para sus pies, pero les gustan por bonitas.

Y aunque me lanzo en batería a explicarles porqué sus pies parecen 20 años más viejos y como pueden recuperar su plenitud, no les importa en absoluto.

Solo se quedan con ellas por la estética.

Quizás piensen aquello que, en mi juventud, me decía mi amigo Antonio en plan chistoso:

‘Que se mueran los feos que yo estoy vacunao’

Pues eso, para tener los pies vacunados en verano:

• Zauri Centur

La salud empieza en tus pies.

- Antonio Caballo