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¿Por qué tus pies están para tirarlos?

¿Por qué tus pies están para tirarlos?

No tienes que esperar al final para leer la respuesta.

Porque has usado zapatos desde pequeño.

Y no cualquier calzado.

Llevas años trabajando, paseando y haciendo deporte con un zapato estrecho, rígido, que estruja tus dedos y deforma tus pies.

Este, el que encuentras en cualquier zapatería, acorta, debilita y endurece tus músculos, tendones y ligamentos, y vuelve débiles y quebradizos tus huesos.

Quizás pienses que exagero pero… si hay un dolor oculto del que nadie habla, es el dolor de pies.

Es más, es un dolor aceptado, como si todos tuviéramos que sufrirlo.

Y cuando te das cuenta que NO tiene que ser así, se te han pasado los años.

Años, donde has maltratado y deformado a tus pies.

¿Quieres saber qué les ha ocurrido?

Uno, tus puentes están dormidos.

Las zapatillas tradicionales con soporte para el arco evitan que tus fuertes puentes trabajen.

Y si no lo hacen, estas apagando el interruptor de los grandes amortiguadores y estabilizadores que la naturaleza te ha dado.

Mandando estas maravillosas estructuras al abandono y haciendo que cuando te quites los zapatos tus pies se desplomen.

Dos, tus pies tienen la flexibilidad de una barra de hierro.

Tus pies evolucionaron para doblarse y moverse en todas direcciones: adelante, atrás y a los lados.

Y lo más importante, para adaptarse a las formas del suelo que pisas.

Cuando los pones dentro de un zapato elegante, pero rígido, limitas su libertad.

Imagina cómo podrías moverte por el mundo llevando todos los días una camisa de fuerza.

Metiendo tus pies en un calzado así, no podrán bascular, equilibrarse y compartir cargas, ya que necesitan de su mayor virtud, la flexibilidad.


Tres, tu tendón de Aquiles se ha acortado y los músculos de tus pantorrillas tienen que ir al fisio cada dos por tres.

¿Alguna vez has mirado cuánto drop tiene tu zapato?

Me refiero a la diferencia de altura entre la parte trasera y delantera de tus zapatillas (también se le dice tacón).

Lo más seguro es que tengas un drop superior a 8 mm o un tacón de 2,5 cm.

Pero no hablo de zapatos de tacón de aguja, sino de diario, para pasear, ir al trabajo o hacer deporte.

Algunos te dirán que esta elevación ayuda a proteger al pie, amortiguándolo.

Pero lo que realmente hace es que aterrices más de talón, limitando el movimiento de tus tobillos (dorsiflexión).

Tu cuerpo se adapta a este “tacón” acortando los músculos de tus pantorrillas y haciendo más rígido tus Aquiles, por lo que pierde la capacidad de soportar cargas. Y eso que puede soportar hasta 2000 kilos.


Cuatro, tus dedos están montados, en garra o con juanetes.

Mira tus zapatos.  

Ahora mira tu pie.

¿Dónde es más ancho? , ¿delante o atrás?

Entonces, ¿por qué tus zapatos son al revés que tus pies?

En un calzado así NO hay forma de evitar los juanetes y que tus dedos estén derechos, se abran y te den estabilidad.

Termino.

O usas tus pies, o lo pierdes.

Y cuando lo pierdas llegarán los dolores, los ocultos, esos de los que nadie habla.

Sencillo.

Simple.

Usa tus pies y evita los dolores.

Lo perfecto sería descalzo.

Lo bueno, con un calzado minimalista.


La salud empieza en tus pies.

Antonio Caballo.

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