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Cuando te acostumbras al dolor de pie, piensas que es normal, aunque no lo sea.
También ves normal que tu dedo gordo se desvíe, incluso que acabe en un juanete.
Que te duelan los talones, o las almohadillas, o te salgan callos y rozaduras…eso, también lo ves normal.
Pero todo esto deja de ser normal cuando es tu hijo el que se queja.
La cosa es que este año han llegado a la tienda muchas madres con niños con pies de adultos.
Esto es, deformados.
Me explico.
Sus pies son blanditos y siguen teniendo la piel suave como melocotón en almíbar.
Pero.
Unos tienen los dedos gordos desviados, otros los del medio montados o en garras, y todos los pies se ven sin fuerzas, flojos, como plastilina.
Y más aún, porque a ciertas edades tempranas incluso con principios de juanetes.
Tal como lo lees.
¿Por qué niños tan pequeños tienen los dedos gordos desviados hacia dentro?
Todas las madres que han pasado por la tienda, incluso mi prima con su hijo, dicen lo mismo:
'La desviación es heredada'.
Pero no.
No se hereda.
Solo se hereda la forma de los zapatos, que desde hace décadas son todos iguales:
Estrechos.
Con elevación en el talón.
Rígidos.
Pesados.
Todo lo contrario a sus pies.
Y ahí dentro no les queda otra que adaptarse.
¿Has visto alguna vez una sandía cuadrada?
Pues eso.
Se deforman.
Dicen que no hay más ciego, que quién no quiere ver.
Para los demás:
Bar3foot Sandal Cross
5 mm de grosor de suela, para que sienta el terreno y se fortalezcan sus huesos.
Sin nada de talón, ni falsa elevación, ni drop, para que su espalda crezca recta (qué difícil es esto en nuestros días)
Y anchos, para que los juanetes dejen de ser heredados y los dedos en garras o montados….
La salud empieza en sus pies.
Antonio Caballo
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