Cuánto tienes y no te das cuenta

El otro día me comentó un conocido que ha dejado de andar por que se lo ha dicho su traumatologo.

Tenía molestias en el músculo peroneo y la solución del traumatólogo fue que dejara de andar y cogiera la bicicleta.

El hombre tiene más de 60 años.

Hoy te cuento una fábula con una única finalidad:

Nunca dejes de andar.

Empieza así.

El señor tomó forma de mendigo y bajó al pueblo. Busco la casa de zapatero y le dijo:

— Hermano soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima, estas son mis únicas sandalias y están rotas, si tú me hicieras el favor….

El zapatero le dijo:

— Estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar.

El señor le dijo:

— Yo podría darte todo lo que tú necesitas.

El zapatero desconfiado viendo un mendigo le preguntó:

— ¿Tú podrías darme el millón de euros que necesito para ser feliz?

El señor le dijo:

— Yo puedo darte 10 veces más que eso pero a cambio de algo.

— ¿De qué? Preguntó el zapatero.

— A cambio de tus piernas.

El zapatero preguntó:

— ¿Para qué quiero yo 10 millones de euros si no voy a poder caminar?.

Entonces el señor le dijo:

— Yo puedo darte 100 millones de euros a cambio de tus brazos.

El zapatero preguntó:

— ¿para que quiero yo 100 millones de euros si ni siquiera voy a poder comer solo?.

Entonces el señor le dijo:

— Puedo darte 1000 millones de euros a cambio de tus ojos.

El zapatero después de pensar un poco preguntó:

— ¿Para que quiero yo 1000 millones de euros si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos...?

Entonces el señor le dijo:

— ¡Ay hermano, hermano!
 ¡Qué fortuna tienes y no te das cuenta!

Fin.

Los humanos sentimos el bien con menor intensidad que el mal.

Valoramos más lo que perdemos que lo que tenemos.

Hay que sufrir una lesión para echar en falta algo tan natural como andar.

Es entonces cuando te preguntas:

¿Cuánto vale un paseo por el campo?

Con tu esposa,
Con amigos,
Con tus hijos.

Y no importa si vas a a ritmo de maratón o de tortuga.

Si hace frío o calor.

Eres rico porque tienes un mundo por donde caminar.

¡Sigue andando!

La salud empieza en tus pies.