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Tengo un amigo que dice que no usa zapatillas minimalistas porque es bajo.
Pero le duelen los pies y se queja mucho. Sobre todo en esta época, cuando llega Semana Santa y se pone el traje con sus relucientes zapatos acabados en punta.
Lo del traje en mi pueblo es así. En Semana Santa se lo pone hasta los Ninis. En blanco, con collares dorados y con un pelao que parecen pollos de pelea, pero con traje.
Te pongo en situación.
Vivo en Marchena, un pueblo de la campiña sevillana donde la Semana Santa es como una religión aparte. Puedes ser cristiano, ateo o agnóstico, pero la Semana Santa la vives como el que más.
Se pasa mucho tiempo en la calle, con los amigos, familia … paseando de un lado para otro con la ‘excusa’ de ver las procesiones.
Tapeando y bebiendo cervezas o café con churros, torrijas o empanadillas.
El tiempo siempre acompaña, aunque llueva, porque al poco sale el sol y la temperatura te invita a estar fuera, y oler el azahar de los naranjos, y andar por el casco antiguo, entre adoquines, mientras charlas con los amigos.
Como hablamos tanto, salen muchos temas y los pies no pueden faltar.
Y mi amigo, el que dice que no usa calzado saludable porque es bajo, siempre se queja de lo mismo: hormigueo, dedos apiñados, dolor lumbar, ….
A veces solo escucho. Otras le razono lo importante que el pie se pueda comportar como un pie dentro del zapato: Que se pueda expandir, que tenga espacio, que nada lo oprima…que sea un pie y no una pezuña.
Pero él se siente bajo con las zapatillas minimalistas.
Tiene una personalidad fuerte, con una gran autoestima, por lo que me sorprende cuando dice eso. Lo justifica con que su mujer es alta y no quiere parecer bajo al lado de ella.
Pues bien, a Carmen, una mujer de 61 años le pasaba lo mismo que a mi amigo que tiene 46. La mujer se veía baja y siempre usaba tacón.
¿El resultado?
Con solo 61 años tiene las rodillas destrozadas.
Los dos meniscos rotos, artrosis controlada en las rodillas y dolores constantes en la zona culo/cadera/parte trasera de las piernas.
También tiene juanetes. En un cuadro como este no pueden faltar.
Y lo peor es la movilidad. Cada día tiene que sufrir para andar 1 km.
Solo 1 km, solo 61 años, pero la movilidad de una anciana de 120.
Mira lo que dice su hijo:
“Antes era muy ágil, pero ahora anda muy despacio, y en las escaleras tiene que ir con mucho cuidado para no caerse. Su diagnóstico de artrosis hizo que dejara la actividad que hacía desde joven: clases colectivas para mujeres de multideporte.
Ahora lo más parecido a deporte que hace es recorrer 1km en una zona urbana totalmente lisa y a un paso más lento de lo considerado normal para cualquier persona. Si trata de hacer un esfuerzo mayor a lo que he comentado, o trata de andar en alguna calle con una pendiente ligera, le duelen las rodillas y tiene que pasar varios días de reposo para recuperarse.”
Dos personas con edades diferentes, pero me temo que con el mismo final.
A la mujer le hemos recomendado el combo: correctores de dedos, plantilla para activar la circulación y las Lems Primal 2.
Unas zapatillas planas, 0 drop o sin tacón, para que el reparto de las presiones en sus rodillas sea equilibrado y para no limitar la movilidad de sus caderas.
Anchas, para que se pueda poner el corrector mientras las usa y corregir los juanetes.
Flexibles y muy ligeras, para que nada influya en sus movimientos.
Y para mi amigo y su traje de Semana Santa, las Lems Nine2five.
Con todo lo bueno de las Primal 2, pero en piel negra reluciente y con un grosor de suela de 1 cm, para que no se vea tan bajo y deje de quejarse de los pies.
Pequeños cambios provocan un Gran cambio.
La salud empieza en tus pies.
-Antonio Caballo-
Pd. Por cierto, mi amigo también se queja mucho de las lumbares, a veces con episodios repetidos de lumbalgias. ¿Causalidad?
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