Hasta cenicienta, la del cuento, lo sabe

Ya conoces a Cenicienta, la que perdió un zapato de cristal en una noche mágica.

En la versión de Prime dice verdades como puños.

En concreto, cuando el Hadomadrino transforma su ropa en una traje de gala y le cambia las babuchas por unos zapatos de cristal.

Cenicienta: —Alá, ¡qué bonitos! ¿De cristal? ¿Y no puedes hacerlo más cómodo?

Hadomadrino: —Nooo…

Cenicienta: —Haz tu magia.

Hadomadrino: —Los zapatos de mujer son los que son. Hasta la magia tiene sus límites.

Cenicienta intenta andar y dice: —Ay! Me duelen. Como voy a …. ¡los pies no funcionan así!

Con zapatos estrechos, rígidos y elevados en el talón no se puede andar bien.

Es incómodo y hasta duele.

Y peor aún, los pies no funcionan.

Ya sabes, cuando algo no se mueve se atrofia.

Lo sabe todo el mundo, hasta Cenicienta.


Y esto que ocurre en muchos zapatos de mujer, también pasa en los de hombres y en los de niños.

Imagino que los diseñadores de zapatos piensan que todos los días estás de fiesta y necesitas zapatos de cristal para tu día a día.

Pero lo que realmente te piden los pies son unas babuchas. Esas blanditas, anchas, que no aprietan por ningún lado y que te hacen sentir la comodidad del hogar.


Sigo con Cenicienta.

Dan las doce y abandona el baile corriendo.

En un momento se para, mira a sus zapatos y grita con rabia:

—¡La comodidad empieza por los pies!

El guionista lo ha clavado. Un oscar para él.

No tengo más que añadir.

Solo te dejo unas zapatillas que son como babuchas, pero para correr, andar, ir de compras, al gimnasio…..incluso para ir de fiestas

No son de cristal, pero brillan como si lo fueran.

• Para ellas: Vivobarefoot Geo Racer II

• Para ellos: Vivobarefoot Geo Racer Knit

“La comodidad empieza por los pies.”

— Antonio Caballo.