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Tu pie se deforma por el calzado

Tu pie se deforma por el calzado

Rígidos, estrechos, con juanetes y con los dedos apiñados.

‘Si os hubiera conocido antes, mis pies no estarían como están ahora.’

Así de rotunda fue Ana. Una mujer de 69 años con Parkinson que nos visitó la semana pasada.

Vino acompañada de su amiga Carmen. Se conocieron hace años, en una ruta de senderismo y desde entonces van juntas a todos lados.

Con la edad uno se cuida más, andas a diario y entonces te das cuenta de los problemas que tienes en los pies.

Ana sufre Parkinson desde hace 15 años, tiene implantado un electrodo en el cerebro y toma medicación a diario. Y a pesar de esto, sus ganas de hacer cosas son tremendas. Es una mujer de carácter, con mucha fuerza.

Pero los pies de Ana son un poema.

Rígidos, estrechos, con juanetes y con los dedos apiñados.

Cuando los vi, pensé que era por el Parkinson. Pero me equivoqué.

Viene recomendada por su fisioterapeuta. La que la trata todas las semanas. Ana vio que llevaba un calzado diferente y le preguntó.

Tanto Ana como Carmen pensaban que los pies se deformaban solo, con el pasar de los años.

‘Son unas partes tan alejadas del cuerpo que no se le presta la importancia que tiene y claro, después viene los dolores, los problemas’. - dicen

Carmen también comenta que su hija siempre usa tacones y que tiene muchos problemas, entre ellos la falta de calcio.

Es parecido a lo que le pasa a los ciclistas. El pie no se mueve, no sufre impactos y está encerrado en un calzado estrecho…resultado: problemas de circulación y los pies pierden calcio.

Mientras se prueba unas Lems Primal Pursuit, Ana saca una bolsa con un par de plantillas.

‘Y esto para qué las tienes’, le pregunto.

‘No sé, no me han servido para nada’ - responde.

La plantilla tiene la misma forma que el pie de Ana.

Estrecha y rígida.

Termino con Ana y me centro en Carmen. Siente mucha curiosidad por todo lo que hablamos. Apunta cosas, echa fotos, pero no se decide.

Comenta que ella siempre ha tenido muchos problemas de pies y que sufre de esguinces recurrentes. Le dijeron que tenía los pies planos y por eso lleva plantillas.

Cuando me enseña los pies me llevo una sorpresa.

Carmen y Ana son dos mujeres diferentes, pero tienen los mismos pies.

Parecen idénticos. Una calcomonía.

Mismo juanetes, misma estrechez y los mismos dedos deformados.

Cuando se lo hago ver, ellas mismas se sorprenden. Carmen no tiene Párkinson, sin embargo tiene el pie tan deformado como Ana.

¿Y eso por qué? - preguntan.

Está claro, habéis utilizado el mismo calzado. El que se vende en cualquier zapatería.

Esto actúa como un click en Carmen.

Se prueba unas Xero Shoes Oswego y con efusividad dice que son las zapatillas más cómodas que ha tenido nunca.

Estas zapatillas permiten que su pie esté cerca del suelo y que sus dedos tengan suficiente espacio. Algo fundamental para su problema de estabilidad.

Cuando se despiden dice:

‘Hubiera pagado por todo lo que me has dicho. Me llevo oro.’


Oro como tal no se llevaron, pero si algo más valioso para su salud: el descubrimiento de sus pies.


A cualquier edad, la salud empieza en tus pies.

- Antonio Caballo -


Pd. Abajo todo el calzado y los correctores de dedos que usan Ana y Carmen.

Publicado el 13/11/2021 por @antonio.caballo 0 13350

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