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Entre el dolor de pie y la plantilla

Entre el dolor de pie y la plantilla

Un dolor en la planta del pie es muy frustrante. Impide que tu vida sea normal.

A Rosa le pasa y cuenta su problema. Así empieza la conversación:

‘Perdona que recurra a ti.

Pero llevo desde primavera con dolor en la zona de los dedos del pie izquierdo, lo que llaman metatarsos.

He visitado el médico de cabecera, me ha hecho una radiografía y me ha derivado al traumatólogo.

Pero la cita es para varios meses y, mientras tanto, el dolor sigue y va a más.

Durante el verano se me alivió el dolor.

Llevaba sandalias que, aunque no eran tipo barefoot, eran anchas.

Los dolores se me quitaron y pude caminar sin molestias.

Hasta que llegó el otoño, volví al calzado cerrado y estrecho, y los dolores volvieron a aparecer.’


Rosa, cabreada consigo misma por haber usado de nuevo un calzado estrecho y con tacón, tiró todos sus zapatos ’maltratadores’ de pies y se compró un calzado cerrado tipo barefoot.

Dice que el dolor mejoró, pero no se le quitó del todo.

Su pie estaba inflamado y como no sabía qué hacer, visitó a un podólogo.

El diagnóstico fue metatarsalgia por tener los pies con mucho puente. Y le recomendó usar plantillas dentro de un calzado amortiguado para que apoyará el arco plantar.

Pero Rosa no ve con buenos ojos la plantilla por dos motivos.

Por una parte, el podólogo le dice que no tiene un buen reparto de presiones, y sin embargo le recomienda un calzado amortiguado que suelen ser estrechos y tienen tacón (o drop).

Ambas cosas no favorecen el reparto de presiones, al revés, aumenta la presión sobre la zona dolorida.

Y por otra le dice que tiene que usar la plantilla en todos los zapatos que tenga, incluido los tacones. Es decir, plantillas de por vida.

A ver.

Una plantilla no es una solución definitiva. Puede ser un parche, una tirita para un problema puntual.

Como una faja para sostener la zona lumbar.

Pero si se abusa acarrea otros problemas.

La solución para Rosa no es poner, sino quitar.

Trabajar a conciencia el pie y todo lo que le asiste. Y para eso el pie debe poder moverse, expandirse y sentir.

Darle espacio y flexibilidad al pie.

La plantilla busca todo lo contrario.


Aunque Rosa le explicó al podólogo que había mejorado en verano con el uso de sandalias anchas y en otoño usando zapatillas barefoot, el podólogo seguía recomendándole plantillas.

Y eso es lo que no ve Rosa. No quiere estar ligada a las plantillas de por vida.

Además, tampoco cree que sea la solución.

La solución ya la había experimentado por sí misma.

En verano cuando usó sandalias anchas.

Y en otoño con el calzado barefoot.

Y eso es lo que le recomiendo.

Que en casa esté descalza (si hace frío con unos Falke) y para la calle use calzado minimalista, barefoot, saludable o como quiera llamarlo.

Pero no vale cualquier calzado:

No puede tener tacón, para no interferir en el reparto de las presiones.

Debe ser ancho en la zona delantera. Tanto o más que la anchura de su pie.

Debe ser flexible, para que el pie se pueda mover y el arco plantar se haga menos rígido.

Y en su caso, ya que tiene la zona de los dedos inflamada, debe tener más grosor de suela.

Como el calzado de Lems, que siempre recomiendo para metatarsalgias y molestias en la zona de los dedos.

Hay de tantos colores y formas, que es imposible que ninguno te guste.


La salud empieza en tus pies.

- Antonio Caballo -

Pd. El tema de las plantillas no es nuevo, ya he hablado varias veces:

Un podólogo habla claro y alto

Un podólogo dice blanco y otro negro

Publicado el 06/11/2021 por @antonio.caballo 0 6717

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