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Las peores zapatillas para jugar al tenis

Las peores zapatillas para jugar al tenis

Hoy te cuento una coincidencia que tiene que ver con el tenis, con las zapatillas y con los pies.

Estaba en la playa, en la orilla.

Caminando descalzo sobre una franja de piedras que forman una especie de camino.

Mientras dejaba que mis pies se adaptarán a ellas, le daba vueltas al pie que había visto en un partido de tenis.

Me preguntaba cómo un jugador profesional podía tenerlo de esa forma.

A esto que me cruzo con un hombre que también paseaba.

Iba despacio.

Mirando al mar.

Pensando en sus cosas.

Tendría 70 años.

Sus piernas eran fuertes, pero sus pies estaban deformados.

Tenía dedos en garra y uno sobresalía del resto, como un garfio.

Y dos juanetes en forma de bola.

Verlos me hizo fruncir el ceño.

¡Lo que habrán tenido que sufrir para ser así!

Pies anchos encerrados en zapatos estrechos, me digo.

Como cuando vas en la parte trasera de un coche con 3 personas más.

Para que todos quepan, uno tiene que ir casi de pie. Se sacrifica y sale hacia arriba.

Dos situaciones diferentes, pero los mismos pies.

El pie del tenista lo ví en la semifinal de Roland Garros.

Le molestaba y, en el descanso entre juegos, se quitó la zapatilla.

Tenía los dedos apiñados, uno en garra y en el gordo un principio de juanete.

Otra vez pies anchos encerrados en zapatos estrechos.

Dos personas con edades y trabajos diferentes

Pero con los mismos pies.

Zapatillas estrechas y pies deformes, un clásico.

En el tenis, la estabilidad es básica.

Para mantener el cuerpo erguido.

Para poder transmitir la fuerza.

Para correr una y otra vez hacia esa bola definitiva.

Y cuánto más espacio tenga el pie para adaptarse al terreno, para pegarse a él, más estable serán las rodillas y el resto del cuerpo.

Cada vez que el pie apoya en el suelo se expande para amortiguar el impacto.

El arco se aplana y los dedos se abren como si fueran un abanico.

Así miles de veces.

Millones.

Y si en el calzado no hay sitio, los dedos se estrujan,

y buscan espacio

y se deforman.

Después vienen los dolores.

Y con el tiempo las lesiones.

El deporte de competición sólo busca rendimiento.

Además, es muy difícil hacer cambios en deportistas de élite, aunque el cambio sea para mejorar la salud.

Pero tu caso es diferente.

Si compites por hobby puedes hacer cambios de un día para otro ya que el rendimiento es secundario.

Por encima está no perder tu salud y evitar lesionarte.

No compites por trabajo.

Y como aquí te hablo de pies y zapatillas, el mejor cambio que puedes hacer es usar unas que no modifiquen tus pies.

Unas zapatillas minimalistas.

Anchas.

Sin refuerzos.

Sin sistemas de control.

Flexibles.

Y sin tacón.

Para que las zapatillas se adapten a tus pies y no al contrario.

Unas zapatillas atemporales que me gustan mucho y uso a diario son las Be lenka Prime.

BeLenka_Prime_WhiteBeLenka_Prime_Barefoot_ZaMi

En blancas, el color del tenis.

Para que los dedos apiñados, en garras y con juanetes sean sólo para los que no pueden cambiar de zapatillas.

La salud empieza en tus pies.

Publicado el 13/08/2021 por @ZaMi 0 5321

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